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Seis funcionarias de la Facultad de Odontología cumplieron 25 y 30 años de servicio en la Institución
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En el Día del Trabajador Universitario, la Universidad de Concepción distinguió con la medalla de la efigie de Enrique Molina a 131 funcionarios y funcionarias que  cumplieron 25 y 30 años de servicio en la Institución – seis de ellas de la Facultad de Odontología, se trata de: Alejandra Ávila Sáez (25), Genoveva Olivares Aguayo (25), Marisol Arriagada Vidal (30), Cecilia Cantero Fuentealba (30), Roxana Opazo Torres (30) y Sandra Peña Jiménez (30).

Como es tradición, el evento desarrollado históricamente en el Teatro Universidad de Concepción, ubicado frente a la Plaza de la Independencia, fue presidido por el Rector, Dr. Carlos Saavedra Rubilar y contó con la participación de diversas autoridades universitarias, entre ellas: el Decano de la Facultad Odontología, Dr. Raúl Alcántara Dufeu, homenajeados/as, familiares y académicos/as.

Además, mediante un desayuno de camaradería la Facultad de Odontología celebró de manera muy especial a sus seis funcionarias homenajeadas y hoy comparte un pequeño relato de su historia en la Universidad de Concepción, para visibilizar su legado:

25 años de servicio a la Institución:

Alejandra Ávila Sáez, secretaria de la Dirección de Estudios de Postgrado:“Entré a la Universidad de Concepción en 1995 y permanecí en diversas reparticiones, hasta que en 2001 se presentó una vacante como secretaria para la recién creada Oficina de postgrado y postítulo, donde he permanecido hasta  la actualidad.

Sobre ser reconocida por mis 25 años de servicio en la Institución, es algo realmente emocionante. Son 25 años en esta Institución y siento que la  Universidad me lo ha dado todo: trabajo, dinero, amigos, amigas, compañeros y compañeras, es muy significativo para mí, le tengo un gran cariño, la considero mi segunda familia”.

Genoveva Olivares Aguayo, auxiliar: “Llegué a la Universidad de Concepción en 1999, directo al casino de la Casa del Deporte, después al casino del ombligo, ahí estuve de Encargada de Bodega, suplente de caja y Encargada de Pedidos, en 2003 fui destinada a la Facultad de Odontología, específicamente al tercer piso, dónde permanezco hasta hoy.

Para mí la universidad significa harto, porque me permitió ser una mujer independiente y viví muchas cosas buenas. Si hago un recuento de los 25 años, es muy favorable. Estoy muy agradecida, porque es una universidad de prestigio, mis hijas y mi nieta estudiaron acá, y la UdeC siempre ha sido un apoyo, además tenemos muchos beneficios sobre todo en salud. La universidad es como una familia más que uno tiene, porque estás todos los días y gracias a Dios, tengo buena relación con la gente. Si hago un recuento, ha sido muy satisfactorio para mí, estar trabajando en la Universidad de Concepción”.

30 años de servicio a la Institución

Marisol Arriagada Vidal, Laborante: “Inicié mi trabajo en 1994 y puedo destacar que para mí los años han pasado muy rápido. La Universidad es una Institución de excelencia, un gran lugar para trabajar, con un grato ambiente profesional, que me ha brindado estabilidad laboral y ha permitido que me perfeccione gracias a las diversas opciones de capacitación que se ofrecen dentro de la Universidad. Es realmente un privilegio poder formar parte de esta Facultad y estoy muy contenta por estos 30 años en una institución tan respetable, donde uno crea lazos de amistad y familia”.

Cecilia Cantero Fuentealba, académica del Departamento de Odontopediatría:“Empecé mi carrera académica en 1994, en  la asignatura de Materiales Dentales, para luego en 1998, postular e ingresar al Departamento de Odontopediatría, donde permanezco hasta hoy. Desde el 2013 también realizo atención a pacientes en la Unidad de Pacientes Especiales.

A la Universidad de Concepción la tengo en mi corazón, porque mi vida se ha desarrollado bajo su amparo y siento que recibo un reconocimiento a la permanencia y a la búsqueda constante de la excelencia profesional, porque la Institución nos entrega innumerables oportunidades para desarrollarnos en distintas áreas de nuestra vida. Cada año es un nuevo desafío, aprender cosas nuevas y entregar lo mejor como docente para la formación de los futuros profesionales. Vengo a esta Universidad desde que estaba en el colegio y a lo largo de mi vida he comprobado el gran compromiso de la Institución con la comunidad y el excelente clima laboral en el que he podido desarrollarme. Estoy muy agradecida de la Universidad de Concepción y todo lo que la Institución significa en mi vida, estos 30 años pasaron muy rápido, es muy emocionante”.

Roxana Opazo Torres, Jefa de Bodega: “Para trabajar en la facultad tuve que postular, llegué en una terna de tres personas y me eligieron a mí, entré como laborante en el preclínico en 1995. Una persona iba a jubilar y tuvo que enseñarme. Después tuve la posibilidad de estudiar en el Instituto Virginio Gómez, saqué mi carrera de auditoría y luego me dieron el cargo como Jefa de Bodega gracias a mi título.

Al final del día, la Universidad es tu segunda casa, pasas más tiempo aquí que en tu hogar, haces tu vida en este lugar, me casé y tuve a mi hijo mientras trabajaba para la Universidad, he ido consiguiendo diferentes metas. La Universidad es un lugar donde podía desarrollar mi carrera de manera funcional y lo he ido logrando. Tuve una enfermedad muy complicada y gracias a los seguros que me daban pude operar mi columna en tres ocasiones, estoy muy agradecida de la Universidad en varias cosas. Además, mi padre trabajó hasta los 80 años en la Universidad y falleció poco tiempo después, él también recibió sus medallas de 25 y 30 años de servicio, me acuerdo de eso y por lo mismo, es un orgullo tener este reconocimiento, han sido muchos años en las que cuento más alegrías que tristezas, en el fondo, hiciste tu vida en este lugar”.

Sandra Peña Jiménez, secretaria Dirección de Estudios de Postgrado: ”Para ingresar a la Universidad de Concepción, realicé el proceso de postulación correspondiente y empezaron a llamarme de la Dirección de Personal para realizar reemplazos en las diferentes reparticiones de la UdeC, hasta lograr el contrato indefinido en la Facultad de Odontología el año 1995.

Parta mí, la Universidad de Concepción, representa la Amistad, ha estado en todos los tiempos a mi lado, buenos y malos.  Es un crecimiento profesional constante, que te va abriendo puertas, asimismo te acompaña en tus proyectos personales y te ve crecer y cumplir etapas como ser humano.Es una gran satisfacción y orgullo.  No lo puedo creer, los años han pasado volando y el balance es muy positivo”.




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