El Dr. Arturo Samith Vega, odontólogo general de la Universidad de Concepción, fue el primer colegiado chileno en el Ilustre Colegio de Odontólogos de la 1ª región de Madrid. Hoy cumple 40 años residiendo y trabajando en España, y ejerce de forma particular, realizando todos los trabajos propios de la odontología general y rehabilitaciones odontológicas.

Oriundo de Valparaíso, con 12 años llegó a vivir a Concepción, donde ingresó en 1976 a nuestra Facultad de Odontología. “Procedo de una familia de médicos y dentistas, recuerdo que la influencia era constante y a la hora de elegir mi profesión era de mis primeras opciones”.

Una vez finalizados sus estudios en 1982, decidió acompañar a su padre a Madrid, en donde se quedaría por solo dos años. Sin embargo, se transformó en toda una vida, formó familia y al respecto relata orgulloso “Tengo cuatro hijos Natalia, Sabrina, Arturo y Verónica. Mi hija mayor Natalia, también es odontóloga graduada de la Universidad Complutense de Madrid, realizando por suerte, su especialidad en Periodoncia e Implantología en mí misma Universidad de Concepción, siendo para ella una gran experiencia profesional y emotiva”.

Sin duda, las características de la profesión posibilitan servir a la comunidad de manera tangible “Esta es una profesión que te permite conseguir diariamente pequeños logros, siendo una satisfacción personal muy grande para mí ver como mis pacientes me regalan sus amplias y bonitas sonrisas constantemente. Ver cómo pasan los años y tus pacientes siguen confiando desde el primer momento en ti hace que esta profesión sea muy agradecida a nivel personal”, destaca.

Sobre su significativo paso por la Facultad de Odontología, el Dr. Samith resalta “Con nuestra promoción, en general, vamos viendo como al pasar años, los principios que nos inculcaron nuestros profesores han servido como pilar básico en nuestra manera de ser y de actuar, esto es algo que cada día valoro un poco más”.

En este sentido, “A las nuevas generaciones de la UdeC les diría que trabajen muchísimo, estudien más, que absorban todo lo que sus profesores les puedan aportar, tanto a nivel académico, como en la parte humana, ya que a la larga podrán comprobar que ambos son igual de importantes. Que sean honestos y muy humildes, que la persona que esté sentada en el sillón, sea además de tu paciente tu amigo, y como tal, te esmeres en atenderlo”.